dissabte, 31 de desembre del 2011





L'aigua pot transmetre milers de sensacions. El temps llisca pel dies com l'aigua quan llisca entre les mans. L'aigua és com la vida. S'escola lentament i quan menys t'ho esperes cau l'última gota. 
 Sense ella no podriem viure, ens dona força i energia. L'aigua és poderosa. La pluja, per exemple, ho pot cambiar tot en un moment. Pot cambiar-te els plans inesperadament, pot fer-te arribar tard al lloc on has d'anar, pot amargar-te el dia o al revès. Pot fer-te correr o treure un paraigües. En aquest cas, no necessitareu paraigües perquè aquesta pluja de lletres és suau i amistosa. 
Avui poseu-vos sota la pluja, arrisqueu-vos-hi. La podeu sentir propera a vosaltes i encara que després et deixa pringós val la pena mullar-te i natejar-te de tots els pesos o el dolor que portes a sobre. Renovar-te. Avui la serviré freda, aclareix més bé les idees. 






                                           I quan menys t'ho esperes, cau la última gota...



M'hagues agrada't que avui haguès plogut, ens haguessim renova't una mica tots abans d'un nou any. Encara que sembla que li donem més importància en aquest 31, l'últim dia, que no pas a la resta dels dies de l'any.
La última gota no és la més important però tampoc la menys. Sempre hi haurà alguna cosa que serà la derrera. Al final de la pluja arriba la ultima gota. L'unic que fa aquesta, és deixar-nos una senyal i dir-nos que ja s'ha acabat. L'unic que fa es mantenir-se al terra uns instants per a recordar-nos el trajecte que ha fet desde el principi fins al final. Cada gota compta.




M

dimecres, 28 de desembre del 2011



Ding, dong, ding.


Se despertó sin recordar nada más que el sonido que hace la puerta de entrada, al chocar con aquellas horribles campanas, que a su madre le gustan tanto. Por un momento al recordar el odio que le tiene a ese ruido se olvido del dolor de cabeza que la había estado visitando durante toda la noche.
Sabía que estaba consciente pero no quería abrir los ojos, todavía no estaba dispuesta a enfrentarse al Sol. Tenía el pelo mojado y su ropa olía a meado. No recordaba nada porque tampoco había hecho el esfuerzo de hacerlo. Solo quería permanecer un minuto sin pensar en nada. Aunque bueno, ella intentaba no pensar en nada mientras pensaba en no pensar.
Frunció el ceño. El maldito dolor de cabeza la estaba matando. Una pizca de curiosidad la invadió por unos segundos pero el intento fallido de recordar algo de la noche anterior, volvió a llevarla a no pensar en nada. Y, otra vez esas campanas... Ding, dong, ding...
Imaginó a una chica con el pelo largo que tenía una mordaza en la boca. Ella lloraba -se estremeció- imaginó que la chica quería gritar y no podía, quería gritar-le al mundo. Sus gestos transmitían dolor. Ella quería pedir a las nubes que dejaran caer unas gotas de agua para disimular las lagrimas que resbalaban por su mejilla y confundirlas con la lluvia. No pudo imaginar nada más porque de repente le vino a la cabeza las múltiples distorsionadas y caóticas fantasías de la noche anterior.
Creyó que era hora de abrir los ojos y como un cisne que extiende las alas majestuosamente y con cuidado, hizo fuerza para alzar el vuelo. Pero, no pudo. ¿Le habían cortado las alas? No, entonces se dio cuenta de que en ese mismo instante le salieron...-sonrió.


Un llanto invadió la sala y miles de llantos mas acompañaron al primero. Fuera empezó a llover.
-Se ha ido feliz. Ha sonreído, lo he visto. Ha sonreído.










M

dilluns, 26 de desembre del 2011


Ahora me siento lejos de ti. Te quiero por lo que fuimos y siempre te querré. Me gustaría tanto que pudieras leer esto... Me encantaría que pensaras que esto va dedicado a ti y no me dijeras nada... Simplemente que escucharas la voz de tu interior después de la lectura. Me da exactamente igual si me odias después de esto o si me quieres aun mas. Si, sé que me quieres. Y sé que sabes que yo a ti. Solo quiero que te escuches después de escucharme a mi. No espero respuesta es más, no espero nada de ti ya.
No te diré que te echo de menos y que quiero estar bien contigo. ¿Qué es estar bien? Pero no empiezo con preguntas estúpidas ni con filosofías que no llevan a ninguna parte. Que solo preguntan y no dan respuesta. Porque me he cansado de hacerlo, no crees que hemos hecho demasiadas preguntas sin respuesta durante nuestro trayecto juntas? Quizás estas han influido a los miles de problemas sin ser problemas porque no tienen solución ni siquiera argumento. Aún seguimos buscando culpables, verdad? En el fondo lo único que hemos hecho es apuntar y disparar. La cuestión ha sido quedar bien y dejar a la otra mal. La cuestión ha sido encubrirse. Y con cuestiones y cuestiones hemos llegado a olvidar-nos y distanciarnos. Ya creo que ni sabemos lo que nos ha pasado...
El culpable no ha sido el tiempo, ni el olvido, ni los celos, ni las envidias, ni los cambios, ni el puto rencor... Acostumbramos a culpar a los cambios cómo si fueran algo extraordinario cuando en verdad la vida está llena de cambios. La culpable tampoco eres tú, ni yo. La culpable somos nosotras. Empezamos juntas y acabamos juntas. Lo que hemos hecho es avanzar: un trocito de mi corta y breve vida ha sido a tu lado. Hemos caminado juntas un camino lleno de piedras pero también flores hasta llegar al final. - Antes de continuar añado otra pregunta de las idiotas (por una más no moriremos): ¿Es esto el final?- No importan la cantidad de daños que hemos provocado ni tampoco la importancia de ellos. No es una guerra entre quién es mejor persona o amiga. Lo que importa es que estamos dañadas. Hablo de nosotras, si ha habido un nosotras también lo hay ahora y siempre. No me voy a molestar en pedir perdón ni en apuntar y disparar una vez más. No voy a hacer nada, ni tu ni yo. Y no voy a esperar nada, no lo hagas. 
Repito que te quiero por lo que fuimos y que siempre te querré. Pero quizás ahora estamos bien así no quiero que nos engañemos más, quizás hemos llegado en un punto donde tu prefieres un camino cerca del mar y yo lo prefiero cerca de la montaña. Pero este donde este te querré. No sé porque escribo esto, no es un intento de volver a lo de antes ni mucho menos a lo de estos últimos meses. Quizás es para secar mis lágrimas o al menos secarlas por un tiempo. Quizás espero intentar algo pero por favor, no me dejes intentarlo, esto está bien así. Espero haber aprendido que si éramos una, siempre lo hemos sido. Que si hay un problema es de las dos que forman esa una. Que el rencor no hace más que demostrar que algo no va bien y no hace nada más, no arregla nada...
Quiero que sepas que te admiro en todos los sentidos del significado admirar, también que te envidió en muchas cosas y que te imito en muchas otras. Yo ya sé que tu también lo haces. Pero no quiero que te sientas sola en el fondo somos tan iguales que nuestras similitudes provocan diferencias. 
Quiero que te cuides y que sepas que después de todo el daño sigues siendo mi mejor virtud. 
Verdaderamente solo nos tenemos a nosotros mismos, y a veces ni a nosotros. No estamos solos, estamos completamente rodeados de gente que se hacen llamar amigos, gente que se hacen llamar enemigos, conocidos o desconocidos. Pero pocas veces estamos acompañados. Y no digo acompañados sino, acompañados de verdad. Seguro que conmigo te has sentido acompañada a secas muchas veces y otras acompañada de verdad y yo igual. Seguro que te vas a sentir perdida en muchas ocasiones. Seguro que te sentiras defraudada, triste, sola, y decepcionada otras miles ocasiones más. Pero cuando lo hagas quiero que recuerdes cuando estabas acompañada de verdad a mi lado. Nunca dejes que tu presente ahogue nuestro pasado, porque sé que no debemos morir nunca.
Podría decir mucho más y a la vez nada nuevo. Mis palabras son escasas comparadas con las que tendría que escribir o atreverme a decirte. Quizás otra noches me ponga a escribirte cuánto te echo de menos y cuántas ganas tengo de poder volver a saber que eres cómo mi hermana. Quizás otro día te doy las gracias y quizás otro día espero las gracias que me debes tu a mi. Pero lo que conviene y el paso mas grande para empezar el nuevo camino, es aceptar la despedida que llevamos meses intentando darnos. Si, son duras las despedidas y más si son con gente tan cercana a ti por eso cambiaré un adiós por un ojala y por un prométeme...
Si, quiero que me prometas algo. Si algún día es posible volver a abrazar-nos y a mezclarnos una con la otra, quiero hacernos una promesa. No es una promesa como aquella que intentamos hacer hace quién sabe cuanto tiempo jurando ser amigas para siempre. Tampoco como aquél juramento que recuerdo haber hecho con papeles, velas y saliva  (¿recuerdas?) Y tampoco como las promesas que se hacen y no se cumplen. Porque siempre he pensado que mejor no prometer y sorprender a prometer y decepcionar. Así que no me lo prometas ahora, porque ni tu ni yo lo vamos a cumplir, podemos apuntar-lo en una lista de cosas por hacer que la titularé : ESPERANZA y que no sé si algún día la vamos a satisfacer. Prométeme algo que desearía haber oído antes para sentirme más querida y no tan sola (ahora no lo hablo rencorosamente), prométeme algo que aún deseo oír.

 Prométeme que querrás despertarme cuando la luna se levante. Prométeme que querrás enseñarme cómo andar con cristales en los pies. Prométeme que querrás ayudarme a volar cuando mis alas no puedan hacerlo. Prométeme que me protegerás  cuando el mar se enfade. Prométeme que cerrarás mis ojos cuando la vida se vista de blanco y negro. Prométeme que intentaras hacerme sonreir cuando nadie pueda hacerlo. Lo intentaras... Prometeme que querrás despertarme cuando las estrellas bailen en la oscuridad. Prométeme que querrás enseñarme el agua pero tambien la arena. Prométeme todo esto y yo te prometeré que te guardaré, cuando el viento sople fuerte y cuando el sol brille fuerte, en mi corazón.


Si us plau, no diguis res.



M

diumenge, 25 de desembre del 2011

El lazo que la unía a él


Me abrazó fuerte, muy fuerte. Como nunca. Y entonces supe que solo ella era la que podia darme esos abrazos, solo la que me hacia sentir segura y protegida. Sus abrazos gritaban llenos de amor y simpatía que nunca me dejaría, que era su pequeño tesoro que debia cuidar. Era como saber que no estaba sola, que había alguien que creía en mí. Aunque en verdad era alguien que creía en ella misma cuando me abrazaba a mí.
Esa pequña niña, su tesoro, era el lazo que la unía a él. Solo por ella era capaz de seguir atada siempre y cuando no le faltaran los abrazos que escondían la pena por unos instantes. Solo por ella era capaz de vivir medio ahogada en lágrimas rojas y abrazar a su tesoro cuando las lágrimas la absorbían demasiado.


M